No es fácil encontrarme en una cocina, así que en este blog aparecerán pocas recetas… de hecho, no creo que ni se puedan calificar de recetas 😉

El caso es que en otoño se pueden recolectar montones de cosas y el otro día tocaron moras y frambuesas y también escaramujos.
Un poco por casualidad dimos con un lugar un poco apartado y había montones y montones!!

Con las frutas del bosque estoy preparando unos batidos (llevo una media de dos diarios) deliciosos:

– un yogurt griego azucarado
– un puñadito de moras y frambuesas
– un poquito más de azucar (si eres dulzona como yo, un muchito)
– leche de arroz o almendras

Alucinante el sabor que desprenden unos frutos tan pequeños y que colores!

Hace poco me he enterado que el aceite de Rosa Mosqueta (un hidratante y regenerador de piel natural y súper gustoso) se hace a partir de escaramujos. El escaramujo es el fruto del rosal silvestre, esas bolitas rojas que se ven en la foto.

Esta es mi primera aproximación al mundo de la cosmética natural así que no sé que tal saldrá, pero la receta era tan sencilla que tenía que probar:

– cosechar los escaramujos en un día soleado para que no tengan hongos por la humedad
– lavarlos con agua y dejar secar bien extendidos
– cortar los dos extremos del fruto y partir por la mitad
– meter en un bote con tapa y cubrir de aceite de almendras dulce
– dejar al menos 20 días es un lugar oscuro y seco
– escurrir y listo!

Por ahí vi otras recetas que hierven las semillas de los escaramujos pero me pareció más lioso y he tirado por la vía fácil. A ver que tal resulta.

Por cierto, si un batido sale malo, al probarlo se nota… pero un aceite corporal?
Como sabré si estoy aprovechando las propiedades del escaramujo?
o_0

A ver si alguien sabe la respuesta…