Un día, no recuerdo muy bien donde, vi esta mesa tan preciosa hecha a partir de una bobina de madera.

Y dije: aishhhh.. me encantaría tener una así !!

Varios meses después, suena el timbre de casa, abro la puerta y justo enfrente, en el patio, veo una bobina de madera!!!

Y te preguntarás: cómo es posible?

Pues resulta que mi chico, que es un solete, se fue de buena mañana a hacer un barranco, o a escalar, o a subir una montaña, o a cualquiera de sus locuras.. y en el camino, cerca del coche, se encontró la bobina, se acordó de mi y me la trajo. No es el mas majo?!
🙂

La bobina tiene el cilindro central de cartón, y algunos desperfectos pero me dijo: te la voy a dejar chulísima!

Y le creí al 100%

Lo primero fue recubrir la parte superior para que quedara más lisa, para esconder las partes metálicas y que fuera más útil. Las tablillas son piezas de cajas de frutas que conseguimos en el mercado. Las maderitas están pegadas con cola blanca, que es el mejor adhesivo para madera, pero tarda mucho en secar así que hay que fijarlo unas 12h con unos sargentos. Una vez todo bien seco, Toño se pegó un curro increíble lijando todo bien especialmente los cantos. 

Luego, Toño recubrió el cilindro central de cartón, con tablillas también de cajas de frutas, pero mas finas para que se adapten a la forma circular.

Para igualar las diferentes piezas de madera, lo ha teñido todo con acrílico blanco diluido en agua. 

Y por último le pusimos unas ruedas para poder moverla más fácilmente.

Y si, ha quedado chulísima ♥

Una foto del Antes /Después..

Con regalos así, quien quiere flores 😀

He buscado en google la imagen y este es el link que he encontrado, aunque no sé si es donde yo la vi.