Estas semanas hemos estado súper entretenidos trabajando en un regalo muy especial para un niño al que le encanta jugar a las cocinitas.
Esta cocina está realizada, integramente (excepto un par de imanes que hemos tenido que comprar porque no encontramos ninguno lo suficientemente potente) con materiales recuperados que teníamos acumulados para ‘por si acasos’ en el taller.
Si, como nos dedicamos a crear productos con materiales reciclados, acumulamos cantidad de cosas que quizás nos pueden servir en alguna ocasión y aún no lo sabemos 😉
Hemos transformado todas estas cajas de cartón, en una cocina con un estilo rústico. Nos hemos decantado por este tipo de acabado porque las pinturas también son restos que nos sobraron en otros trabajos. Hemos ido mezclando y pintando capa sobre capa para darle este acabado envejecido tan chulo sin tener que comprar pinturas nuevas.
Después, nos hemos ido emocionando y hemos puesto un jarrón con flores hechas con pompones de restos de lanas… un cuadrito de punto de cruz que teníamos por ahí para decorar un poco, que si una cortinita hecha con retales para la alacena… En fin, mil y un detalles.
También hemos recopilado diferentes objetos que podrán ser usados para ‘cocinar’. Algunos también los hemos modificado un poco como este tapper viejísimo que usábamos para mezclar pinturas pero que con esas asas en seguida nos ha recordado a una cazuela. No han hecho falta más que unas capas de pintura marrón y ya tenemos una cazuelita de barro perfecta para cualquier guiso.
