Este trabajo de restauración ha sido uno de los sencillos.
Esta lámpara tan bonita sólo había recibido un pequeño golpe y se habían roto algunos vidrios pero fue un golpe con suerte porque los vidrios afectados eran justo unos que estaban detrás de las alas de las libélulas y la propia filigrana de las alas escondía el desperfecto, pero para que la rotura no fuera a más y para que fuera segura al tacto y no hubiera posibilidad de cortarte al tocarla, así que decidimos recubrir las roturas con resina.
Aparte de eso, que ya he explicado en anteriores ocasiones que es un proceso sencillo pero laaaaargo y tedioso, sólo he tenido que resoldar algunas de las filigranas de las alas que se había soltado, una sesión de limpieza y barnizado y como nueva!
Te lo dije, un trabajo sencillo de restauración 🙂